El comportamiento prosocial, altruista o de ayuda es aquel que se realiza en beneficio de otro, en libertad de elección y sin recompensa aparente para su ejecutor.
Según el modelo de Darley y Latané (1970), los cinco pasos críticos que llevan al altruismo son:
· Advertir que algo está ocurriendo
· Interpretar la situación en el sentido de que en ella se necesita ayuda.
· Asumir una responsabilidad personal
· Elegir una forma de asistencia
· Llevar a la práctica dicha asistencia
Según este modelo, en una situación de emergencia cuanto mayor sea el número de espectadores presentes, menor será la probabilidad de que alguien intervenga. Estos autores señalan por un lado, las motivaciones que llevan a las personas a actuar de forma altruista, así como las características que se dan en una situación de emergencia. Estas características son las siguientes:
· Se trata de un suceso que implica una amenaza o daño real. La intervención pretendería el restablecimiento normalizador de la situación anterior y las recompensas que conlleva son escasas.
· Es una situación anómala en la que se suele tener poca experiencia.
· Las emergencias pueden variar notablemente en cuanto al tipo de intervención exigible y no existen normas generales aplicables a todas ellas.
· Es una situación imposible de prever en la que es difícil disponer de los recursos y de la información necesaria para hacer frente a ésta, que surge inesperadamente.
· Finalmente, las emergencias exigen acción inmediata y toma de decisiones rápidas.
En cuanto al individuo que se encuentra frente a una emergencia, se puede decir que se halla sometido a un juego de fuerzas contrapuestas. Por una parte, trata de cumplir la norma de no intervenir en asuntos ajenos, controlar sus nervios, emociones, etc. y, por otra parte, trata de observar a otros espectadores para obtener un marco de referencia sobre lo que debe hacerse. Así, todos muestran calma y se interrogan en silencio.
Un segundo proceso es el de la difusión de la responsabilidad. La presencia de otros en situaciones de emergencia reduce los costos de la no intervención, puesto que la responsabilidad personal está repartida y los sentimientos de ansiedad son menores, dando lugar a que definamos la situación como inofensiva.
La CONCLUSION es que mientras más espectadores haya, existen menos probabilidades de intervención para cada uno de los presentes, a no ser que la presencia de un liderazgo eficaz contrarreste las tendencias a inhibirse de la conducta altruista.
Podemos explicar la inhibición frente a las emergencias por las siguientes razones:
· La presencia de otros inhibe la posible conducta espontánea del individuo.
· La inactividad de los presentes actúa de modelo de comportamiento.
· El efecto interactivo de las circunstancias anteriores será mayor si están varios sujetos que si el individuo se encuentra solo.
· La presencia de otros sujetos diluye la responsabilidad del espectador haciéndole pensar que su intervención no es necesaria.
· Existe una contradicción de ideas en el sujeto, desea ayudar pero le asaltan pensamientos de duda acerca de su competencia (¿Lo haré bien?), conveniencia, temores, etc. que favorecen la inhibición del mismo.